Llamada “La Serpiente Emplumada”, representó el agua fluvial de ríos y de elementos cósmicos. El templo de Quetzalcóatl está dedicado a dos serpientes sagradas: La emplumada, que hace referencia al agua y la del fuego.
A la Era de Quetzalcóatl se le llamo “movimiento”, ya que según esta deidad manifestó que el fin de la vida es rebasar la realización individual para participar en la evolución y desarrollo de la naturaleza en su totalidad.
La transformación se da por medio de la espiritualidad que tiene todo ser terrestre, esto salva a la materia de la gravedad y la muerte. Es por esta teoría que los grandes seguidores de Quetzalcóatl se llamaron “Grandes artesanos”.
En Teotihuacan el Dios Quetzalcóatl es una serpiente de cascabel cubierta totalmente de plumas de quetzal verdes y onduladas. La serpiente emplumada era la que acompañaba los truenos, es decir a Tláloc, por lo que se considera como una criatura del mar.
Las plumas verdes de quetzal que cubren el cuerpo de la serpiente, representa que la vegetación comenzaba cuando llegaba la temporada seca. La piel rugosa de la serpiente era la representación simbólica de la Tierra. Su función era transportar aguas terrestres con su cuerpo.
Es representado frecuentemente como una serpiente que aventaba agua de la boca, esparcía la lluvia en el cuerpo de Tláloc y lo llevaba en el lomo o en la boca.